jueves, 15 de octubre de 2009

El duende dice: hasta el hoyó!


Nunca fui claustrofóbico, pero hoy en especial las calles de mi ciudad eran tan pequeñas para poder respirar, ya no digamos para poder caminar o correr. Corrí por tiempo indefinido, en calles obscuras, vacías, frías…corrí tanto como pude, choque con personas, me pegue con automóviles, estuve a punto de morir atropellado. Con cada paso que daba mis piernas se debilitaban, mis brazos temblaban y mi garganta pedía clemencia. Después de un tiempo ya no puede más, termine tirado en una calle de la cual no recuerdo el nombre. La oscuridad reinaba a mí alrededor, el llanto era el único sonido cerca de mí, las personas pasaban sin darse cuenta de mí, y en mi corazón solo existía un único deseo: la muerte.
Los recuerdos están confusos en mi memoria, así que no se la manera exacta en la que fui a dar a ese autobús, afortunadamente era el correcto. Las llamadas al móvil no se dejaron esperar, pero no conteste ni una; a ritmo constante el autobús recorrió media ciudad, en medio de ese recorrido mis sentimientos se desbordaron en forma de gotas, gotas que se derramaron como torrentes de aguas.
Me baje en una calle desconocida, la luz de la luna como mi única guía, camine y camine hasta perderme entre las sombras y los sonidos de la noche. Aun es un misterio para mí el cómo llegue a mi casa, y uno aun mas grande como le hice para hacer que mi madre no se diera cuenta.
Y todo esto por la inocencia de la vida. Hace más de un año que arriesgue mi vida y mi futuro económico por un grupo de personas, de las cuales no mencionare características. Busque amigos de verdad, en los que pudiera confiar, pero todas mis expectativas fueron rotas, mi ilusión destrozada.
Algunos de mis amigos me ignoraron, pero eso siempre pasa…pero lo que si me lastimo es no tener el apoyo de la persona a la cual amo, y aun más de mi mejor amigo, quien con un elegante movimiento de manos me dejo ver su aprecio. Creí en mucha gente, la cual me dio la espalda sin más ni más; no sé si soy yo muy sentimental o los demás muy desconsiderados…pero en cualquiera de los casos mi corazón fue partido en dos, mi alma desgajada, mis sentimientos torturados y mi vida, bueno, ya no queda vida…
No sé cómo seguir con mi vida, quisiera estar muerto, pero hasta la muerte huye de mí. ¿Alguien tiene algún consejo? ¿Alguien desea ayudarme? Necesito auxilio!
Pd. Si me puedes ayudar, comunícate: super_kind@live.com.mx

1 comentarios:

Elioss dijo...

NO ESTES TRISTE, LA DEPRESION TE LLEVA A UN ESTADO (UNA VEZ SUPERADA) A UN ESTADO DE MAYOR PLENITUD, O ESO ES LO QUE DICEN LOS EPICUREISTAS... :) ¡Animo, cuentas conmigo, para eso estoy con los cuates! EIMS de Macro

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